Entonces Jesús dijo al paralítico:
“Te lo ordeno, levántate, toma tu camilla y vuélvete a tu casa” Y en el mismo instante, se levantó el hombre a la vista de todos, tomó la camilla en que estaba tendido y se fue dando gloria a Dios.
Lucas 5, 24b-26
¿Estoy seguro de que para Dios nada hay imposible?