Algunas veces les he escrito sobre la necesidad de la esperanza para animar la vida porque, en situaciones de desesperanza, se hace muy difícil salir adelante en cualquier propósito que nos planteemos, ya sea en la naturaleza o en los seres humanos. Considero que en el mundo en que vivimos, sin que Cuba sea algo distinto, se presentan manifestaciones de desesperanza y agotamiento en lo social y en las personas individualmente, las que resultan preocupantes y de mucha urgencia.
Estos problemas forman parte de las necesidades básicas para seguir adelante en el presente y en el futuro que, con pasos agigantados, se precipita hacia nosotros, impulsado por una dinámica que aumenta su intensidad y movilidad en proporciones verdaderamente alarmantes y que no deberíamos desentendernos de su existencia, menos aún, menospreciarla a los efectos de vivir con una mayor tranquilidad virtual y efímera.
En las coyunturas de hoy ni nunca, en realidad, se podrá detener al tiempo ni a las circunstancias que lo conforman. Es mi criterio que los momentos actuales deberían caracterizarse por la intensidad en los flujos de comunicación intersubjetiva, así como por abarcadores diálogos de todos con todos para entendernos mejor unos y otros, procurando siempre lo positivo y nunca lo que sea negativo ni excluyente. Estos procesos que resultan vitales son, además, en mi opinión, de una imprescindible urgencia en el medio habanero en que me desenvuelvo, a fin de salirle al paso a la desesperanza que nos rodea y que genera escapismos, desencantos y pérdida acelerada de valores.
Los hechos locales a los que me refiero anteriormente, no deberían ser negados con tanta insistencia por los que piensan que aceptarlos en sus verdaderas realidades, los convierte en bazas que se entrega a quienes quisieran un derrumbe total de la sociedad en que vivimos los cubanos de hoy. Considero que el derrumbe, sobre el cual se preocupan ellos y nos preocupamos muchos más, sólo podría producirse desde adentro de nosotros mismos como ya se ha repetido tantas veces en los últimos tiempos.
No perder la fe ni el optimismo de que siempre es posible salir adelante, aun en las peores circunstancias, es de especial valor para la salud de nuestra sociedad local. Mucho más en los momentos actuales, cuando poco a poco comienza a aparecer una pequeña luz de diálogo y de encuentro en el horizonte que abre paso a una prudente esperanza. Me refiero a lo que se ha anunciado con motivo de la mediación que, al respecto de algunos de nuestros más álgidos problemas nacionales, ha iniciado la Iglesia católica cubana con la participación implícita de las más altas autoridades del Gobierno, según se ha estado publicando en los últimos días por la prensa nacional y la extranjera.
En estas condiciones la solidaridad se hace muy necesaria, sin nunca recurrir a la competencia en búsqueda de algún protagonismo, así como a crear obstrucciones, divisiones y descalificaciones sobre lo que otros han iniciado para el bien del país. No es un problema de elites ilustradas, mucho menos de racismos, ni de conceptos de división dentro del pueblo. Habría que dejar a un lado los insultos y los agravios para tratar de entendernos en beneficio del futuro y del pueblo, con todos y para el bien de todos.
Reconocer y apoyar los esfuerzos de la Iglesia católica y del Gobierno cubano más allá de cualquier creencia o pensamiento filosófico, económico y político, debería ser un deber de la nación y de los hijos de una Patria que es la misma para todos, ya seamos partidarios de una o de otra idea y estemos adentro o afuera de nuestras fronteras.
Saludo al diálogo y al encuentro que puedan conducirnos a soluciones necesarias. Suceda lo que suceda es ya un primer paso, pero muy importante. Publicado en Por Esto! , el lunes 31 de mayo del 2010.

Gracias, amigos por recoger mis modestos llamados, que a veces me parecen ser voz que clama en un desierto de incompresiones, insultos, rencores y odios que tendremos necesariamente que recuperar para salir adelante rumbo al futuro,entregando los timones de mando de la sociedad a los jóvenes en pluralidad de orígenes para crear una patria con todos y para el bien de todos, en donde el amor a Dios no sea nunca exlcuído con el respeto de creyentes y no creyentes.
Amigo Sergio Lázaro cuenta con todo lo que pueda hacer por las intenciones de esta hermosa página.
Félix Sautié Mederos.
¡Una voz grita en el desierto, preparen los caminos del Señor! Así el Evangelista Juan caracteriza a Juan el Bautista. El auténtico profetismo cristiano es justamente eso, una voz que grita en el desierto. Los ecos de esa voz siempre son más fecundos que lo que se ve a primera vista, aun cuando el profeta no lo vea. En tú caso tengo la fé de que has tenido la posibilidad de verlo y lo verás más aun. Un abrazo grande y en contacto,
Sergio Lázaro
Veo una luz de esperanza en esta mediación que hace la Iglesia Cubana, y la defiendo en contra de la descalificación, el odio y el rencor con que algunos la han tomado.
Simplemente hago eso por deber de conciencia y lo haré mientras pueda hacerlo.
Gracias
No se si hago bien ,pero porque tenemos que esperar por nuetros Obispos,Cardenal para tomar accion en el dialogo ,podemos dialogar la gente del pueblo,los laicos comprometidos con la iglesia cubana con respeto y caridad cristiana,siempre se reunen muchos de aqui y de Cuba ,pero representan a el Govierno Cubano y las agencias que hay en EU que ya conocemos ,pero cual es el problema de reunirnos los catolicos y hacer un encuentro donde podamos aportar ideas para mejorar esta problematica cubana que dura ya hace muchos anos y nada se saca con dejar de hablar o ser indiferentes,podemos hablar con todas las denominaciones de creyentes que hay en Cuba y son muchas y organizar un Encuentro de la Esperanza a la luz de la FE en nuestra patria .La madrer de dios LA VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE ,simbolo para algunos y madre nuestra para otros podria ser motivo de unidad pues al final ,vivamos donde vivamos simpre seremos hermanos y cubanos y estamos asociados de alguna manera a Cachita Los invito a que lo estudien y me cuenten,por esta via OJALA SE DE,gracias Rolando.
Los cubanos católicos de la isla y de la diáspora se reunen desde los novena año tras año. Las comisiones son elegidas por los Obispos respectivos. También hay un gran diálogo informal y natural que se está dando entre los que llegan a Cuba de visita y los que llegan a otras partes también de visita o a quedarse. Esto es un signo de esperanza.
Desgraciadamente soy como Santo Tomás: Ver para creer, ojalá y esté equivocada y Uds que estan optimistas sean los que esten en lo cierto..tiempo al tiempo…ojalá el péndulo se incline hacia lo que TODOS QUEREMOS.
Tengo fe en que usted verá maravillas en Cuba, gracias a Cachita, a la buena voluntad de muchos cubanos de todas las orillas y a sus propias oraciones