«Yo creo que mi abuela está en el cielo. Ella fue una mujer santa, nos llevó a todos a la Iglesia, y en el barrio siempre la buscaban cuando tenían un lío atravesado.
A mi me crió cuando murió mi madre, me enseño las cosas de la vida, me decía que le hiciera bien a todos, y que no me dejara quitar ´el sellito´ porque se me iba a volver la vida una porquería de un hombre en otro…, le debo tanto…, y mi esposo también… Dios le dio vida para que hasta mi hijo le cogiera algo bueno, murió de 100 años.
Sé que reza por mí, porque le sigo diciendo que me ayude a prosperar, y siempre me sorprende una buena noticia, como cuando la tenía al lado. »
Así me contó hoy mi amiga Rosy.
