Carlos tiene dos hijos: Roberto y Julio. El primero fue a Europa para hacer ciencia y abandonó a su mujer y a sus hijos en Cuba. Julio vive en Cuba, vive del negocio en el mercado negro, gracias a una buena inyección de dinero de su padre, que es un exitoso agricultor de mi pueblo.
Roberto llama a su padre un par de veces al año, y le manda dinero todos los meses. Julio no le habla, desde la última vez que su padre lo requirió por la inmoralidad de sus negocios. Carlos enviudó el año pasado, se sienta en el portal a fumar tabaco cuando se va su empleada doméstica, a pensar en sus hijos, en sus nietos que no viene a verlo, y…, en qué falló.
Yo rezo por Carlos y te pido que lo hagas tú. Yo me pregunto a cada rato ¿en qué estoy fallando?
