La Iglesia invita a todos los cubanos a un año jubilar. Este es un año en el que se invita al perdón, la paz y el compartir entre hermanos. Esta es una ocasión especial en que la Iglesia invita a que cada uno, como persona, como parte de una familia, o como parte de alguna institución: ¿qué cosas en mi vida son motivo de alegría?¿Cuáles debo cambiar para que lo sea?
¿A quién tengo que perdonar?¿a quién pedirle perdón? ¿Qué agravio debo resarcir? ¿Con quién debo hacer las paces? ¿Qué injusticia he cometido? ¿De qué injusticia soy parte…?
El júbilo sin obras de misericordia no tiene sentido.
foto: Annette Pichs Sánchez, Camgüey, febrero de 2011
