… entró de una vez por todas en el Santuario, no
por la sangre de los chivos y terneros, sino por su propia sangre, obteniendonos
así una redención eterna.
por la sangre de los chivos y terneros, sino por su propia sangre, obteniendonos
así una redención eterna.
Hebreos 9, 12
¿Cuándo aprenderé a confiar en el valor del cuerpo
y la sangre de Cristo y dejaré atrás plantas, «trabajos» y
«limpiezas»?
y la sangre de Cristo y dejaré atrás plantas, «trabajos» y
«limpiezas»?