Saulo, por su parte, perseguía a la Iglesia; iba de casa en casa y arrastraba a hombres y mujeres, llevándolos a la cárcel. Hechos 8, 3
¿Alguna vez con mis acciones o palabras he dañado a mis hermanos en la fe? ¿Lo he reconocido? ¿Les he pedido perdón?