El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran Luz porque un niño nos ha nacido, un salvador se nos ha dado (Mateo 4, 16)
Si quieres, el Dios que vive en ti, brotará de tus entrañas con la alegría del recién nacido que te regala una sonrisa tierna, para que tu vulnerabilidad se transforme en fortaleza, para que tu desaliento se transforme en búsqueda, para que tu miseria se transforme en prosperidad por tu propio esfuerzo, para que tu soledad encuentre refugio en una familia unida, para que la visión de peligros en todas partes se transforme en la percepción de Dios en todas las cosas.
Esa es la experiencia que cambia para bien al mundo y a Cuba, la que hace que los enemigos se sienten a conversar, que los vecinos que no se
hablaban se tomen un café, y que descubras que ayudar a otros es la mejor manera de crecer.
El mal y el miedo siempre asechan, pero para que el bien y la esperanza sean mayores, un Niño nos ha nacido, un Salvador nos libra del miedo y nos regala la Libertad que nadie nos puede quitar.
