
¡La Salvación está con ustedes!
Descansa María, no te preocupes José, sólo reza, reza mucho, para que cada día tenga su propio afán en la dura y gratificante tarea de hacer crecer a Dios. Él ya vive con ustedes y es vulnerable a cualquiera de los males de este mundo, pero al mismo tiempo es indestructible.